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CRISIS EN FORMENTERA

Un gran pacto entre partidos vía moción de censura, única salida realista a la crisis del Consell de Formentera

El secretario de la institución descarta la posibilidad de que haya elecciones anticipadas ante la falta de regulación para una administración que es ayuntamiento, diputación y comunidad autónoma
La Corporación del Consell de Formentera.
La Corporación del Consell de Formentera.

Formentera arranca semana clave sumida en un océano de incertidumbre tras la dimisión de siete consellers de Sa Unió de sus responsabilidades de gobierno, pero no como miembros del Pleno. Como nada está del todo claro a día de hoy en Formentera, o seis si damos por bueno que José Manuel Alcaraz ya no formaba parte del gobierno insular, a pesar de que mantenía algunas responsabilidades como conseller territorial.

A corto plazo, el aún conseller insular de Turismo, Artal Mayans, debe aclarar si finalmente secunda la vía de sus compañeros de candidatura o bien se mantiene en el escuálido equipo de gobierno. El mismo fijó el pasado viernes el día de hoy como fecha para ello.

También es esperado un informe del secretario de la institución, Ángel Custodio Navarro, para que aclare hasta que punto las dimisiones de los consellers son efectivas desde el pasado viernes o bien requieren el visto bueno del presidente no adscrito, Llorenç Córdoba, tal como expresa literalmente la Ley de Consells.

No aceptar las dimisiones añadiría un punto de surrealismo adicional a la crisis, ya que supondría que el Consell de Formentera tendría formalmente gobierno y quizá también Junta de Gobierno pero en realidad no los tendría. O dicho en otras palabras, tendría un gobierno conformado en contra de la voluntad de los consellers. 

Alternativas inverosímiles

La dimisión de Córdoba abriría la vía a un gobierno monocolor de Sa Unió y, la del presidente del PP de Formentera, José Manuel Alcaraz, a una nueva negociación entre Córdoba y Sa Unió. Ambas parecen descartadas, pero dado el giro de los acontecimientos y la gravedad de al situación, nada puede ser descartado del todo. Ni que la dimisión sea conjunta para aquello de que no haya vencedores ni vencidos: los dos protagonistas principales de este vodevil, a casa. Borrón y cuenta nueva.

Además, hay otra opción que evitaría la ingobernabilidad en ciernes. Son ciertamente inverosímiles. Una es que algunos consellers de Sa Unió rectifiquen, al menos dos más, y decidan mantenerse en el gobierno junto a Córdoba y Mayans, lo que permitiría a Formentera disponer de Junta de Gobierno. El gobierno sería muy débil y no tendría mayoría en el Pleno.

PP-PSOE

Ni la una (dimisiones) ni la anterior (marcha atrás) son opciones que parezcan tener el más mínimo viso de prosperar hoy, por lo que el escenario más lógico es plantearse el futuro del Consell de Formentera sin Junta de Gobierno y con un gobierno raquítico. 

Descartada la posibilidad de que el Consell de Formentera pueda funcionar durante tres largos años sin Junta de Gobierno, todas las alternativas posibles pasan por un gran pacto, al menos entre PP (Sa Unió) y PSOE. 

El más lógico y sencillo es una moción de censura, de la que no quieren ni oír hablar en la oposición, uno de las grandes derrotados del jaque de Sa Unió del viernes.

Acuerdo político

Para ello, solo hace falta que Sa Unió y la oposición la pacten. O la oposición apoya a un candidato de Sa Unió y permite un gobierno en minoría de la derecha o Sa Unió apoya un gobierno de coalición de Gent per Formentera y PSOE, también en minoría. Salvo que, dadas las circunstancias excepcionales, acuerden una suerte de gobierno de concentración bajo la presidencia de un conseller de consenso.

No parece que este escenario pueda darse sin la dimisión de José Manuel Alcaraz, a cuya ambición por ser presidente atribuye la oposición parte de responsabilidad en esta crisis. 

Todo lo que no sea el punto anterior, supone adentrarse en una ciénaga legislativa.

Sin elecciones

El secretario del Consell ha venido desactivando en las últimas jornadas la opción de que Formentera pueda resolver la grave crisis a través de la convocatoria de unas elecciones anticipadas. 

Este mecanismo es tan difícil para una administración local que no existen precedentes en la historia de España.

El más aproximado es la disolución del Ayuntamiento de Marbella por parte del Consejo de Ministros. Dado que había elecciones municipales convocadas pocos meses después, no fueron convocadas elecciones anticipadas y la Junta de Andalucía nombró una gestora que dirigió la administración en funciones. 

Consejo de Ministros

Para que haya elecciones anticipadas en un ayuntamiento, solo es necesario un acuerdo del Consejo de Ministros que, en base al artículo 161.1 de la Ley Reguladora de las Bases del Régimen Local (7/1985), certifique que la administración es ingobernable. 

A pesar de que no está regulado el procedimiento, la literatura consultada y los antecedentes de otras crisis que fueron resueltas sin comicios anticipados permiten concluir que la iniciativa de la disolución puede partir del propio alcalde, del Pleno municipal, de la comunidad autónoma o del propio Gobierno. 

Senado

Lo que sí está regulado es que el Consejo de Ministros, PSOE y Sumar, no puede tomar la decisión sin un informe favorable del Senado, donde el PP tiene mayoría absoluta, y otro preceptivo pero no vinculante del Consell de Govern de la Comunidad Autónoma, en manos del PP.

En el caso de Marbella, el Gobierno solicitó, además, otro informe al Consejo de Estado para mayores garantías jurídicas, ya que estamos ante un caso excepcional.

Una vez publicada la disolución y la convocatoria de nuevos comicios en el BOE, se activa el proceso electoral, con los plazos habituales, esto es, convocatoria 54 días antes de la fecha de los comicios, con sus correspondientes 15 días de campaña electoral.

«El PP balear lo sabe»

Esta es la solución por la que ha apostado este fin de semana la ex diputada de Gent per Formentera, Silvia Tur, en un artículo de opinión. «Solo unas elecciones pueden poner punto y final a este drama. También lo sabe el PP balear», ha dicho.

No lo ve así el secretario de la institución. Ni mucho menos. Según su tesis, a la excepcionalidad de un procedimiento como el relatado se le añade que el Consell de Formentera no solo es un ayuntamiento, también es consell y, por lo tanto, diputación, y también es comunidad autónoma.

Y no está regulado el procedimiento para un caso como este que no fue previsto por el legislador durante la última modificación de la Ley de Consells aprobada la pasada legislatura.

En varias declaraciones públicas, Custodio ha descartado la posibilidad de que Formentera acuda a la convocatoria electoral anticipada porque no hay legislación que ampare el procedimiento.

Cambios normativos

Sí ha abierto el jurista la posibilidad de inverosímiles, largos y complejos cambios normativos, bien en la Ley de Consells o bien en el Reglamento Orgánico de Formentera, que requerirían de grandes acuerdos entre Sa Unió, GxF y PSOE, mucho más complejos de digerir ante sus respectivos electorados que una moción de censura, ya que el objetivo de los mismos sería permitir un gobierno de Llorenç Córdoba.

¿Qué sentido tendría que partidos que son incapaces de articular una moción de censura se pongan de acuerdo para cambios jurídicos de calado para facilitar un gobierno en minoría de Córdoba solo o con Artal Mayans?

Por lo tanto, salvo que alguien diga lo contrario, por ejemplo un informe del Consell Consultiu o del Consejo de Estado, y avale la convocatoria electoral, la moción de censura es a día de hoy, la opción más viable. O al menos eso parece intentar hacer ver Custodio a los partidos implicados con su mensaje apocalíptico.

Sea como fuere, lo único que está claro hoy en Formentera es que (casi) todos los caminos conducen a la necesidad de un gran pacto entre los partidos para articular una nueva mayoría, hacer cambios normativos o facilitar la convocatoria electoral.  

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