El pleno del Consell de Formentera no ha aprobado este viernes el presupuesto de 2025 presentado por el presidente saliente, Llorenç Córdoba, valorado en 44,5 millones de euros.
Este presupuesto, que representaba un aumento del 2,28 % respecto al año anterior, había sido anunciado como el más elevado en la historia de la institución.
Sin embargo, la falta de consenso y la inminente moción de censura que podría cambiar el gobierno han llevado a su rechazo.
El pleno, cargado de tensiones políticas, dejó claro que todos los grupos opositores —Sa Unió, Gent per Formentera y el PSOE— coincidieron en que aprobar este presupuesto no tenía sentido a una semana de la votación que decidirá el futuro del liderazgo en el Consell.
Córdoba: “He trabajado solo, pero he trabajado”
En un discurso que sonó a despedida, Córdoba cargó contra la oposición, acusándola de haber paralizado el Consell durante los últimos seis meses. “No se verá nunca más que se deje abandonada a Formentera durante medio año tras ganar por mayoría absoluta. Es vergonzoso”, afirmó el presidente, mientras la bancada de Sa Unió respondía con risas.
Córdoba también reconoció que gobernar en solitario ha sido un desafío, pero defendió su gestión, asegurando que el presupuesto rechazado era una herramienta para facilitar el trabajo del próximo gobierno. “No se pueden prorrogar unos presupuestos actuales que no responden a las necesidades de la isla”, justificó.
Críticas desde todos los frentes
Los grupos opositores no escatimaron en críticas. La portavoz de Gent per Formentera, Alejandra Ferrer, calificó los presupuestos como “desastrosos” y acusó a Córdoba de aumentar la presión fiscal, reducir inversiones y destinar un millón de euros a publicidad en plena crisis. Ferrer afirmó que la gestión de Córdoba ha llevado a un “descontrol político y económico descomunal”.
Por su parte, el conseller del PSOE, Rafa Ramírez, señaló que estos presupuestos son los “peores de la historia del Consell” y acusó a Córdoba de dejar la institución “empantanada”. Ramírez también criticó la inclusión de hasta nueve plazas de directores insulares en las cuentas, calificándola como una muestra de un “califato político”.
Desde Sa Unió, el conseller Javier Serra reprochó a Córdoba no haber buscado un consenso previo a la presentación de las cuentas. Recordó que, en ejercicios anteriores, sí se realizaron reuniones con la oposición para debatir los presupuestos antes de llevarlos al pleno.
Un cierre marcado por la crisis política
El pleno también estuvo marcado por la renuncia de José Alcaraz, conseller de Sa Unió, una de las condiciones de los grupos progresistas para apoyar la moción de censura. Desde la coalición, calificaron esta renuncia como “injusta”, pero necesaria para desbloquear la crisis institucional que ha definido la última etapa del gobierno de Córdoba.
Con esta nueva derrota política, Córdoba se despide enfrentando críticas y dejando un Consell en pleno cambio. La moción de censura, programada para el próximo 27 de diciembre, será el último capítulo de una gestión que ha estado marcada por tensiones internas y externas.