La coalición Sa Unió ha rebajado la intensidad del enfrentamiento con el aún presidente del Consell de Formentera, Llorenç Córdoba. Después de que el lunes se cumpliera el plazo del ultimátum que la coalición concedió al que fue su cabeza de lista sin que dimitiera y sin otra consecuencia, ayer llegó el turno de la marcha atrás de la expulsión del grupo político para convertirse en conseller no adscrito. Días antes, Sa Unió ya reculó en su amenaza de que los ocho consellers dimitieran en bloque, algo imposible, por otra parte, porque ha de ser autorizado por el presidente.
Hasta ayer la versión era que faltaban primero dos consellers y luego uno para firmar la solicitud de expulsión del grupo, ya que ha de ser firmada por todos los miembros. En cualquier caso, el trámite podría haberse hecho online a través de la firma electrónica que todos los conselleres tienen en su teléfono móvil.
Sin embargo, la expulsión no ha llegado porque ahora Sa Unió ha pedido un informe jurídico al secretario de la corporación para conocer las consecuencias que podría tener la expulsión de Córdoba del grupo político en este convulso escenario, según ha confirmado a La Voz de Ibiza, el portavoz de la coalición, Óscar Portas.
‘Sine die’
Tampoco hay fecha para la reunión con los partidos políticos de la oposición para pedirles formalmente su apoyo a una moción censura. Sí han empezado las negociaciones, en cambio, para aprobar el presupuesto.
Otro hecho que coincide con el intento de distensión es la marcha atrás de la secretaria general del Partido Popular de Baleares, Sandra Fernández, quien la noche del martes llamó a algunos medios de Ibiza a través del gabinete de prensa del partido para anunciar una ronda de declaraciones para hoy miércoles que finalmente se ha abortado esta mañana a primera hora. La razón oficial es «un imprevisto personal».
Coincidencia o no, la no expulsión de Córdoba, la no declaración de Fernández y la no reunión con la oposición se han producido después de la visita a Formentera del portavoz del Grupo Popular, Sebastiá Sagreras, hombre de máxima confianza de Marga Prohens y de otros contactos de otros dirigentes con el objetivo de firmar un armisticio.
Orden de Prohens
La rebaja de las revoluciones sería orden directa de la presidente del Partido Popular de Baleares, Marga Prohens, para evitar, en un primer momento, que la bola de nieve siga creciendo para posteriormente crear un espacio de diálogo que permita tratar de alcanzar una salida negociada que a la vista de las declaraciones y los movimientos de los actores parece muy improbable. Y evitar que salte todo por los aires antes de aprobar el presupuesto y evitar el descrédito que supondría para la derecha.
Esta decisión explicaría, asimismo, que las duras acusaciones de Córdoba del martes acusando a Marga Prohens de engañar a todo el mundo con la promesa del deslinde de Costas no hayan tenido respuesta por parte del PP de Baleares, partido que hasta ahora ha venido desarrollando un perfil bajo en esta crisis.
