-¿Y ahora, también discotequero?
-Las Dalias es el reflejo de la evolución musical de Ibiza. Por aquí han pasado todos los géneros. Primero música de baile, con las hijas sentadas al lado de las madres esperando que las sacaran a bailar, pop, La Movida, rock, reggae, trance, trance hardcore… todo negro, terrible… Tuvimos una época de tributos con mucho éxito (John Lennon, David Bowie, Bob Marley).
La música en directo es muy difícil, por eso ya no quedan casi sitios de música en directo. El cartel de artistas que ha pasado por aquí es impresionante: Manu Chao, Rozalén, Chambao…Orishas, SFDK, La Plazuela… Muchos y muy buenos.
-¿Por qué dejó la música en directo? ¿No se gana dinero?
-Es muy difícil, por eso solo se lo pueden permitir los ayuntamientos.
-¿Por eso entró en la música electrónica?
-Después de la pandemia, decidimos darle una vuelta a la oferta musical. Y creamos Akasha. Me gusta llamarle club, más que discoteca. Es un sitio muy auténtico, pequeño, caben 300 personas, tiene un sonido muy bueno, una decoración muy buena y viene un público de más edad. Y hemos tenido un gran éxito. El otro día vino Laurent Garnier y fue brutal. Cuando viene Sven Väth, también es brutal. Es un ambiente muy guay, muy auténtico, nada que ver con otros sitios tan masificados. Cuando está lleno, está lleno. No queremos más gente. Y nos funciona bien.
-¿Hacen fiestas todos los días?
-En verano prácticamente sí, en invierno abrimos viernes, sábado y domingo.
-Supongo que debe de ayudar que no hay este tipo de oferta en la zona.
-Un club de esta categoría, con la política que tenemos, no. Realmente un club así es único en toda la isla. Los artistas vienen porque quieren. Si no hicieran un esfuerzo, no los podríamos pagar. Eso también nos pasaba antes, si no, no habríamos podido pagar a todos los artistas que han pasado por aquí.
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