El Parlament rechazó este martes el techo de gasto propuesto por el Govern, una decisión que aboca a la Comunitat a prorrogar los Presupuestos autonómicos y que agrava la crisis política entre PP y Vox. La votación quedó en 28 votos a favor y 30 en contra, confirmando el bloqueo que ya anticipaban todas las formaciones.
El vicepresidente y conseller de Economía, Hacienda e Innovación, Antoni Costa, acusó directamente a las direcciones nacionales del PSOE y de Vox de impedir el acuerdo. «Pedro Sánchez y Santiago Abascal prefieren que Baleares no tenga presupuestos que permitir que este Govern haga su trabajo», afirmó durante la defensa de la medida. Costa sostuvo que se trata de «una decisión partidista, injusta para la ciudadanía y profundamente equivocada».
Negociaciones fallidas y acusaciones cruzadas
Costa explicó que, al iniciar la ronda de contactos, solo PSIB y Vox se mostraron dispuestos a negociar, aunque las conversaciones no avanzaron. En el caso socialista, aseguró que las exigencias planteadas traspasaban “líneas rojas”, afectaban a la propiedad privada o retomaban medidas “fracasadas”.
Sobre Vox, el vicepresidente lamentó la falta total de propuestas: «Silencio sepulcral. Vox Baleares no ha establecido ninguna condición». También reprochó a MÉS per Mallorca, Més per Menorca y Unidas Podemos su rechazo inicial, que consideró “legítimo pero irresponsable”.
El PSIB acusa al Govern de buscar la prórroga
El portavoz socialista, Iago Negueruela, dio la vuelta al argumento y sostuvo que el Govern «ha logrado su objetivo: no tener techo de gasto». Aseguró que sus únicas condiciones eran elevar el Impuesto de Turismo Sostenible y crear un gravamen para los coches de alquiler, y negó haber recibido instrucciones de Ferraz.
Negueruela pronosticó que la actual situación de bloqueo «desembocará en elecciones». Costa le replicó invitándole a abstenerse para retomar la negociación: «Si dejan aprobar el techo de gasto, me siento mañana mismo a pactar los Presupuestos de 2026».
Vox rompe con el PP: “No vamos a entrar más en su juego de trampas”
La portavoz de Vox, Manuela Cañadas, escenificó la ruptura total con el PP. «No vamos a permitir que utilicen nuestro grupo como coartada de su mala gestión. Nuestra posición es inamovible», afirmó antes de rechazar el techo de gasto y cualquier apoyo a futuros presupuestos.
Con sarcasmo, inició su intervención felicitando a Costa por su “nominación a los Goya”: «Ha pasado por todos los géneros: drama, suspense, comedia». Para Vox, el Govern “vive en campaña” y buscaba el techo de gasto como “flotador para llegar vivo a 2027”.
Costa se mostró dispuesto a reabrir conversaciones si en algún momento Vox cambia de postura: «Si algún día están en disposición de negociar, el Govern estará».
MÉS, Més per Menorca y Unidas Podemos hablan de “teatro” y “cálculo electoral”
El portavoz de MÉS per Mallorca, Lluís Apesteguia, acusó al Govern de renunciar a herramientas fiscales clave y de no tener verdadera intención de aprobar el límite de gasto. Desde Més per Menorca, Josep Castells calificó la negociación de “puro teatro”. Unidas Podemos, por su parte, criticó que las políticas del Ejecutivo «no se hacen por el bien de la ciudadanía».
El PP resta importancia a la prórroga y devuelve el golpe a Vox
El portavoz popular, Sebastià Sagreras, admitió que esperaba “una sorpresa de última hora”, pero aseguró que PSIB y Vox “no iban en serio”. Restó gravedad a la prórroga: «Con las cuentas vigentes se puede transitar fácilmente lo que queda de legislatura».
Sagreras denunció una “pinza PSOE–Vox” y aseguró que el rechazo de Vox responde a “órdenes de Bambú por el ciclo electoral”. Desde su escaño, Cañadas respondió con gestos acusándole de mentir y llegó a mostrar una imagen de Pinocho en la segunda intervención del popular.
Un techo de gasto de 6.924 millones
El Govern había aprobado el pasado 17 de octubre un techo de gasto de 6.924,2 millones de euros, lo que suponía 361,3 millones más que el ejercicio anterior.
Con el rechazo del Parlament, las cuentas autonómicas de 2024 quedarán prorrogadas, mientras crecen las dudas sobre la estabilidad de la legislatura.
