Uber es imbatible en usabilidad y en notoriedad. Muchos de los turistas que visitan la isla llegan con la aplicación instalada en su smartphone porque están acostumbrados a utilizarla en sus ciudades de origen dada su facilidad y servicio. Y, si no, es el primer nombre que se les ocurre a la hora de pedir un servicio de taxi.
No es difícil aventurar que el éxito de la aventura de la multinacional americana en Ibiza está asegurado en una isla con elevados problemas de movilidad. Siempre que cuente con una flota suficiente para atender la demanda.
Y no está siendo fácil para Uber cerrar el círculo semanas después del desembarco en Ibiza. Tanto para su negocio a través de VTC que operan como si fueran taxis como para la comercialización de servicios de taxis a través de su plataforma. Ambas líneas forman parte de su modelo de negocio. Y en ambas tiene problemas el gigante tecnológico.
Problemas con las VTC
En cuanto a los VTC, el Consell de Ibiza ha empezado a sancionar el incumplimiento de la media hora de precontratación, a diferencia de lo que hace el Govern en Mallorca.
Poco después de que los técnicos de la institución pitiusa decidieran que la trampa de Uber para saltarse la precontratación no cumple la ley balear, empezaron a caer las sanciones: cuatro en pocas horas.
Las sanciones recaen en los titulares de las licencias, no en la plataforma. En Ibiza, Uber trabaja con una empresa que aporta 14 licencias de VTC, la mayoría furgonetas.
Barrera de entrada
El riesgo de que cada sanción por incumplir la media hora suponga una sanción de entre 400 y 1.000 euros supone una barrera de entrada para que nuevos proveedores titulares de licencias de VTC se sumen a Uber y, por lo tanto, aleja a la plataforma de la masa crítica necesaria para poder competir de tú a tú con el taxi. El actual proveedor dijo que esperaba contar con 30 vehículos en los próximos meses, una cifra ridícula para ser tenida en cuenta como competencia real del taxi.
Es obvio que Uber necesita más vehículos y, por lo tanto, más proveedores y que las sanciones no ayudan a captarlos.
Sin apoyos políticos
El lobby del taxi es poderoso y Uber tiene las de perder. De momento, Uber también ha perdido políticamente y, por lo tanto, no puede contar con que las cosas cambien a corto plazo.
Y es que el PSOE ha infringido una derrota política al PP al apoyar a los taxistas en su guerra contra Uber. Presentó una proposición de ley cuando conoció que el PP había decidido eliminar la obligatoriedad de la media hora de precontratación. Logró el apoyo de Vox a la tramitación. Obligó al PP a cambiar de opinión y la toma en consideración salió adelante por unanimidad. Los diputados de Baleares trabajarán en enero para que la ley antiuber entre en vigor en febrero.
La única vía para que Uber no cumpla con la precontratación plácidamente es que el Tribunal Constitución tumbe la restricción, tal como ha hecho el Supremo con una norma parecida de País Vasco.
El taxi da la espalda a Uber
No van mejor para Uber las cosas en el segmento del taxi. A pesar de los cantos de sirena de la compañía para incorporar taxistas a la plataforma, anunciando que el año pasado tuvieron 350.000 peticiones en Ibiza, a pesar de no prestar servicio, y que en otras ciudades los taxistas que han pasado a trabajar con la plataforma han duplicado facturación, y de los incentivos por empezar a trabajar con la plataforma (150 euros tras 25 trayectos) y por convencer a otros taxistas de que lo hagan (300 euros por taxista captado), la realidad es el taxi en Ibiza da la espalda a Uber.
El llamamiento al boicot de la patronal ha hecho efecto y, a día de hoy, es imposible contratar un taxi a través de Uber por la sencilla razón de que no hay taxis en la plataforma.
Imposible
La compañía se niega a admitir el fracaso. «No estamos compartiendo estos número por el momento», indica el portavoz autorizado de la compañía cada ocasión que La Voz de Ibiza se ha interesado por el servicio.
Desde que empezó a operar en Ibiza, este medio ha tratado de contratar el servicio de taxi a través de Uber sin éxito. Después de esperar unos minutos, un mensaje en la plataforma indica que el servicio no está disponible.
No ayuda tampoco que el Ayuntamiento de Ibiza haya prohibido de facto la operación de Uber en el municipio vía reglamento de GPS. Así, los taxistas de Vila no pueden trabajar en estos momentos con Uber sin riesgo a ser sancionados, ni los otros taxistas de los otros municipios pueden cargar ni descargar pasajeros en el municipio de Ibiza, tal como adelantó La Voz de Ibiza.
La elevada carga de trabajo de los taxistas en temporada alta, con exceso de demanda, los riegos de sanción en el caso de Vila y las barreras de entrada para los del resto de municipios y la elevada comisión que se queda la plataforma por cada viaje (12%) alejan a Uber de contar con suficientes taxis para ofrecer un servicio de calidad a la elevada demanda que dice tener incluso desde antes de operar.
